miércoles, julio 04, 2007

Critica de cine

La verdad de algunas mentiras

Por Pablo Hupert

"Al cabo del tiempo, el historiador se convierte en historia y no sólo nos importa saber cómo era el campamento de Atila sino cómo podía imaginárselo un caballero del siglo XVIII." Jorge Luis Borges. Prólogo a la Historia de la decadencia y ruina del Imperio Romano, de Edward Gibbon, publicada por primera vez entre 1776 y 1783.

Sugerí al director de Macedonio publicar este texto luego de leer "La mentira en la historia" en el primer número de la revista. Este texto no se opone frontalmente a ese artículo, pero sí encuentra cosas diferentes. Leyendo la película El gran pez, de Tim Burton, traza una diagonal que se aparta de la línea de aquél: Más eficaz que el contenido de la historia, es la forma de historiar.

En la película hay un padre, que representa A. Finney, y un hijo ya adulto. Este padre siempre cuenta historias manifiestamente inventadas o al menos noveladas, hiperbólicas, donde no se puede saber qué ha sido verdad y qué ha sido exagerado. Las historias son por cierto atrapantes, agradables y el padre es un tipo muy simpático y muy cálido. Las historias que cuenta el padre tienen desde brujas tuertas en cuyo ojo herido puede uno ver su propio futuro hasta gigantes que miden más del doble de lo que mide cualquier hombre normal, hasta él mismo trabajando gratis en un circo por tres años. Seguir lectura.

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